De repente, una tendencia transatlántica: los líderes populistas que prometieron cortar presupuestos hinchados están reduciendo los lazos con sus zares de eficiencia.
Elon Musk, el hombre más rico del mundo y ex asesor presidencial, y Zia Yusuf, ex presidente de Reform UK, han sucumbido al mismo destino. La forma en que se realizó el destino compartido, y la sincronía del tiempo, todo se sintió de alguna manera anticipado. Tanto Musk como Yusuf fueron donantes con bolsas profundas, empujadas a la primera línea política por su populista Doyen preferido sin experiencia significativa para prepararlos.
Yusuf renunció como presidente de reforma el jueves en un tweet breve y de autocontratulator. Era inconfundentemente en el estilo de almizcle: había concluido que su “tiempo” sería mejor pasar en otro lugar. Musk expresó un sentimiento similar esta semana, aunque en un lenguaje algo marcado.
Hay otras diferencias notables. El almizcle es el individuo más rico del mundo; Yusuf es muy rico. En su calidad de jefe Dege (Departamento de Eficiencia del Gobierno), Musk ejerció una motosierra en todo el gobierno federal de los Estados Unidos. Yusuf, como jefe del imitador Dogle de Reform, apenas pisó el Consejo del Condado de Kent.
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Y, sin embargo, juntos, sus salidas coincidentes hablan de una inestabilidad inherente en el corazón de la alianza Populist-Tech Bro y cómo las personalidades con las que los movimientos de los populadores entran en conflicto y conspiran entre sí.
Este impulso a la autodestrucción ha reclamado el ex presidente de reforma. La óptica está lejos de ser ideal: el hombre encargado de la “profesionalización” de la fiesta ha sido quitado por una saga claramente amateur.
Después de todo, solo pasaron 30 horas entre la intervención de Sarah Pochin en las preguntas del primer ministro y la renuncia de resultados de Yusuf. La fila que consumió una reforma esta semana fue artificial, efectiva, desde el aire; Le ha costado a Farage un activo valioso y reavivó un debate sobre las deficiencias de sus partidos.
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El miércoles por la tarde, Pochin, el diputado de la reforma de Runcorn y Helsby, instó a Keir Starmer a “seguir el ejemplo de Francia, Dinamarca, Bélgica y otros” al prohibir el burka. La Cámara de los Comunes creyó con críticas. Pero dos distintos “escuchar, oyen”, cortesía de las reformas Richard Tice y Lee Anderson, atravesan.
El momento crucial llegó momentos después: un portavoz de la reforma aclaró que una prohibición de burka no es, de hecho, una política del partido. La declaración socavó a Pochin, pero nunca se hizo eco directamente por ninguno de los principales latones de la reforma. Nigel Farage pareció respaldar la posición de su nuevo diputado el miércoles por la noche Noticias de GB Espectáculo. “No creo que las cubiertas de cara en lugares públicos tengan sentido y creo que merecemos un debate”, declaró.
Tice, el líder adjunto de Reform, se hizo eco de esta postura en una serie de entrevistas de transmisión en Thorsday Morning.
Entonces Yusuf intervino. Culpó a la intervención del portavoz, insistió en que la declaración no tenía “nada que ver conmigo”. Pero Yusuf, que es de herencia musulmana, agregó: “Creo que es tonto que una fiesta le pregunte al primer ministro si hacían algo que la fiesta sería”.
El presidente de la reforma renunció a las 5.25 pm del jueves.
La saga está revelando en varios cargos. Primero, como un proceso de fabricación y presentación de la política, el truco PMQS de Pochin fue obviamente equivocado. Tice parecía consciente de su sustancia con anticipación, contando a sus seguidores X el miércoles por la mañana para prepararse para una “pregunta interesante para el primer ministro”. Pero la maquinaria del partido fue tareas abqueas; Habla de una ingenuidad política por parte de todos los involucrados.
La sustancia de la política, la de una prohibición nacional de la burka, también es significativamente. Una primera aparición en las preguntas del primer ministro, como el miércoles de Pochin, es una oportunidad inmediata para indicar los valores y prioridades de uno. Este es especialmente el caso de un nuevo diputado de reforma (uno de los cinco), a quien los medios de comunicación han estado observando de cerca desde su victoria parcial en Runcorn y Helsby.
Este es ahora el fuego de Pochin. Ella es la diputada que, al llamar primero el ojo del orador en PMQs, eligió preguntarle al primer ministro sobre la posibilidad de prohibir una prenda religiosa.
Electoralmente, tales problemas culturalistas son un callejón sin salida, especial para un partido que opera a la derecha de los partidos convencionales y, por lo tanto, está expuesto a acusaciones de política “extrema” o “marginal”.
Farage, debería decirse, comprende la opinión pública mucho mejor de lo que alegan sus críticos.
Ha ocupado la primera línea de la política, de una forma u otra, durante un considerablemente más largo que cualquiera de sus contemporáneos en múltiples épocas. Reconoce que la reforma, para tener éxito, debe adoptar posiciones que amplíen su atractivo y afirman su posición como una alternativa política políticas a los partidos convencionales. Como tal, el líder de la reforma ha rastreado a la izquierda en algunos temas; Ha aportado su postura pública sobre la Guerra de Ucrania más en línea con la opinión pública; Ha dejado de hacer referencia a su relación con Donald Trump; Él ha dicho que ya no se considera un “populista”; Y, de acuerdo con los informes, se opone instintivamente a Liz abarrotando a la fiesta.
El nombramiento de Yusuf, un hombre de 38 años cuyos padres llegaron al Reino Unido como inmigrantes, como presidente de reforma, también podría ser consultado en términos de tesis.
Esta saga entonces, corre el riesgo de infligir daños de reputación muy real en la fiesta en una etapa crucial. Al menos, envía la señal incorrecta a los votantes no ideológicos pero desilusionados, Farage debe recortar este parlamento para exitosarse.
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Caos incoerente
La renuncia de Yusuf es, con razón, ser considerada junto con la suspensión de Rupert Lowe, el diputado de la reforma de la hora de Great Yarmouth.
Representantes de Lowe Esta marca de política culturalista que Farage ha dudado en adoptar desde las elecciones generales. Desde que se elevó a la prominencia en X, donde sus publicaciones se vuelven virales regularmente, el ahora diputado MP ha descendido una madriguera de conejo que Farage ha evitado conscientemente.
Su suspensión, cualesquiera que sean los detalles en disputa, habló sobre el deseo de Farage de retirar la reforma más lejos del margen inexplorable y hacia la corriente principal de la opinión pública.
Es instructivo que la partida de Yusuf sea frenada por esas mismas voces en línea que todavía lamentan amargamente la suspensión de Lowe. En otras palabras: por primera vez este parlamento, la ruidosa franja de reforma ha asegurado una victoria a expensas del liderazgo del partido.
Eso es significativo. Es una señal de que la reforma no está haciendo la transición del Partido Challenger al posible Partido del Gobierno tan bien como sus portavoces y las encuestas, Relay.
En este sentido, existe una incoerencia ideológica para reformar las filas; El partido corre el riesgo de ser suspendido en el limbo político, caht entre los tirones diamétricos de la corriente principal y la franja. Esta ambigüedad se manifiestará de manera más destacada, y en momentos cada vez más problemáticos del ciclo electoral, si Farage no restablece algún sentido de coherencia. Una pregunta cuelga si tiene la autoridad y la voluntad de hacerlo.
Los errores de la reforma son explicables: un partido atrapado en la transición, que operan a través de un panorama político que se reconstituye radical, liderado por líderes que, al menos, no están acostumbrados a estar al frente de la manada, está obligado a errar. Las apuestas de este juego son mucho más altas de lo que cualquier Farage ha participado a través de una tensión profesional en décadas.
Él presenta como un posible primer ministro; Esta postura, necesariamente, invita a un nivel de escrutinio al que Farage no está acostumbrado. Sus errores ya no son meras curiosidades que son tragadas por su mito más grande. Se interpretan como ideas sobre la operación potencial de un gobierno de reforma.
Farage reconocerá que cada declaración por reforma, y la apariencia en la que se entrega, sirve como una prueba de credibilidad. Incluso aquellos que acuden en masa para reformarse en elecciones “a mitad de período” deben estar convencidos de las credenciales de los partidos como un posible gobierno.
Los votantes están familiarizados con el caos, el drama y la invitación, después de haber presenciado y respaldado la caída del último gobierno conservador. Un ambiente de desunión, incluso si el público no recoge los detalles de las filas recientes, podría resultar pegajosa, tal como Farage busca establecer una marca de reforma profesional y elegante.
El problema del tercer hombre de Nigel Farage
En Westminster, Nigel Farage tiene la reputación de ser un delegador pobre. Su trayectoria profesional está llena de lápidas políticas de rivales, tanto realizados como prospectivos.
Sin embargo, Farage es una guardia despiadada de su posición no (solo) debido a su ego, sino Worue o su paranoia. No confía en muchas de las personas que apoyan a su partido para llevar la llama hacia adelante. Observó cómo Ukip degeneraba en un club de fanáticos de Tommy Robinson durante el período 2018-2019, a pesar de la obvia oportunidad electoral para un partido retador de derecha. Es un político astuto que está preocupado por la homogeneidad de su operación. Y cuando confía en las personas, delega significativamente; TICE y YUSUF son ejemplos recientemente.
Farage, en resumen, es frita.
Está luchando contra el precedente y todas las evaluaciones razonables de cómo los atuendos populistas como la reforma evolucionan y despoja. Si las elecciones de Sedd y Holyrood en 2026 van tan bien para el partido como se espera, la reforma será lanzada de manera liso con un nuevo “talento”. Quiénes son esos individuos y cómo se conducen en el cargo son factores poco considerados que darán forma al desarrollo de la reforma.
Los nuevos reclutas seguramente crearán desafíos para que Farage supere. Algunos, podemos predecir razonablemente, serán capturados por sus algoritmos de redes sociales, asumirán la trayectoria de Lowe y aconsejarán a Farage que siga. (Una parte retadora al derecho de reforma podría ser significativo en ese sentido).
De hecho, uno de los desafíos históricos de Farage es que siempre ha dejado más bajo por él que Yusufs: más ideólogos intransigentes que los gerentes competentes. En resumen, esa es la razón por la cual Farage es una tarea por la perspectiva de defectos conservadores, a nivel local, regional y nacional. Según los estándares de la reforma, serán individuos razonables (y craciales prevettados).
Estoy convencido de que la mayor prueba de credibilidad de la reforma se refiere a su personal. Si Farage es realmente comprometerse con el futuro Primer ministro Bit, y, aunque se niega a contrarrestar cualquier Pacto de reforma, deberá dar una idea de cómo será un gobierno en su nombre. No puede nombrar a Richard Tice, su fiel adjunto, para cada puesto abierto.
Además de esto, Farage no se vuelve más joven; Arguffy, los mejores intereses de su partido en esta coyuntura serían atendidos por alguna forma de planificación de la sucesión. En nuestro clima político actual, la existencia de identificables Heredero forzoso es una apelación necesaria, aunque implícita, componente o de las partes.
Para parecer creíble como posible gobierno en ese momento, Farage necesitará abrir una reforma para el escrutinio. Ese es el inmenso desafío que espera a la fiesta.
En Yusuf, Farage, parecía establecer un modelo para cómo se vería un operador de reforma de alto nivel: un tercer hombre tras mismo y Tice.
En la salida de Yusuf y el drama circundante, vemos cómo la reforma podría despegarse.
Josh Self es editor de Politics.co.uk, síguelo en Bluesky Caballero.
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